26/3/13

Alicia en el país de las maravillas y la importancia de las traducciones



Alicia en el país de las maravillas es el libro más conocido de Lewis Carroll. Todos conocemos este libro, o hemos visto alguna adaptación de él de las miles que hay. ¿Pero sabemos realmente el trasfondo de la historia?


Lewis Carroll era hijo de un pastor anglicano, y aunque su destino era haber sido cura también, debido a su tartamudez no pudo ejercer y terminó siendo profesor de matemáticas. Desde joven frecuentaba la compañía de niñas pequeñas, y aunque en ningún sitio lo aclaran, se da a entender que abusaba de niñas.

De todas maneras, lo que a nosotros nos interesa para su inspiración literaria es la relación que tenía con la familia Liddell. Los Liddell tenían tres hijas, una de ellas llamada Alicia, con la que Carroll pasaba mucho tiempo.


A Lorina, Alicia y Edith Liddell les encantaba salir a pasear con Carroll y siempre le pedían que les contara alguna historia. En uno de esos paseos, terminaron paseando en barca por el Támesis, en compañía de un reverendo amigo de Carroll y las niñas pidieron a Carroll un cuento. En este momento Carroll empezó a inventarse la historia que configuraría el primer libro: Alicia en el País de las Maravillas.

Alicia en el País de las Maravillas comienza con un poema en el que se hace referencia al momento del nacimiento de esta historia:


Surcando la tarde dorada,
nos lleva, ociosos, el agua,
pues son bracitos menudos
los que empuñan los remos
pretendiendo en vano con sus manecitas
guiar nuestro curso errante.
¡Ah! ¡Qué crueles las tres!
Sin reparar en el bálsamo de aquél día
ni en el ensueño de aquella hora
¡exigen un cuento de una voz sin aliento
que ni una pluma puede soplar!
Pero ¿qué podría voz tan débil
contra el porfiar de esas tres?
Prima, imperiosa, fulmina su edicto:
«¡que empiece el cuento!»
Secunda, con tono más amable, desea
«que no sean tonterías».
Mientras que Tertia interrumpe el cuento
no más de una vez por minuto.
Impuesto, al fin, el silencio
la imaginación las lleva
en pos de esa niña soñada
por un nuevo mundo de raras maravillas
en el que los pájaros y las bestias recobran el habla
¡y casi creen estar allí de veras!
Y cada vez que ese desgraciado intentaba,
agotada ya la fuente de su invención,
aplazar la narración hasta el siguiente día:
’El resto será para la próxima vez...’
’¡Ya es la próxima vez!’, a coro las tres.
Así fue surgiendo el País de las Maravillas
poco a poco; y una a una
el cincelado de sus extrañas peripecias...
Y ahora que el relato toca a su fin,
también el timón nos guía de vuelta al hogar;
alegre tripulación, bajo el sol que se pone.
¡Alicia! Recibe este cuento infantil
y deposítalo con mano amable
allí donde descansan los sueños de la niñez
entrelazados en mística guirnalda de la Memoria
como las flores ya marchitas
ofrenda de un peregrino
que las recogiera en una lejana tierra.


La novela empieza con una Alicia que, persiguiendo a una Liebre, termina cayendo por un hoyo. El resto de la historia es conocida por todos: Alicia encoje y crece muchas veces, se encuentra con personajes variopintos que tienen un humor un tanto duro y que no dudan de ponerla de estúpida y tonta hasta arriba. Carroll se sirve de estos personajes para hacer una crítica de la sociedad inglesa de la época, y utiliza a todos los personajes para dar una imagen de locura y sinsentido.
Sabiendo que Carroll era profesor de matemáticas es sorprendente darnos cuenta que utiliza tanto disparate en sus novelas, pero precisamente estas serían una vía de escape para su ingeniosa mente.


La segunda parte, A través del espejo y lo que Alicia se encontró allí es aún más imaginativa y disparatada si cabe. Alicia vuelve a entrar al mundo de fantasía un día que está riñendo a sus gatas, y de repente se encuentra metida en una largísima partida de ajedrez: hay dos reyes y reinas, todo el terreno que pisa son cuadraditos de ajedrez, y tiene que ir superando pruebas cada vez más ilógicas.

La verdad es que Carroll a veces llega a tener un humor demasiado duro con Alicia, y la pobre termina hasta dando penita algunas veces, pero a través de esas interacciones surgen situaciones muy singulares y graciosas, como las charlas de Alicia con el Tentetieso sobre el significado de las palabras.



El problema que he encontrado a estos libros ha sido la traducción. Es totalmente comprensible que al traducir se pierdan algunos significados, pero creo que este libro en concreto pierde muchísimas bromas, muchísimos juegos de palabras que no son culpa de los traductores que estén mal en español, es simplemente que no tiene el mismo sentido en un idioma que en otro. Nombres de personajes como Tweedledum and Tweedledee (Tarará y Tararí en español) Humpty Dumpty (Tentetieso en español), poemas que recitan los personajes y que no se entienden, y miles de juegos de palabras que hacen que los protagonistas dejen a Alicia por tonta que en español no llegan a cuajar. Sobre todo hay un poema que Carroll inventó en el que cada palabra es una mezcla de al menos dos, y ya os podéis imaginar el caos que pudo soponer a la traductora de "Mockingjay" (Tercer título de la saga The Hunger Games de Suzanne Collins) para dar con "sinsajo" (ya que Mockingjay es una mezcla de "mockingbird" y "jabberjay"), podéis imaginar que debe ser casi imposible hacer una traducción medianamente inteligible de un poema así en español.

Ante esto los traductores hacen lo mejor que pueden, y al menos la edición que yo leí tiene muchísimas anotaciones explicando todos los juegos de palabras, cosa que se agradece eternamente. Pero me hace pensar, que la gente que no entienda el inglés y que ni siquiera se moleste en leer las notas no se entera de la mitad del libro, y aunque eso es culpa y problema suyo, me da pena que por esto haya gente que no lea clásicos como este.

El único consejo que yo puedo dar es que si tienes un nivel aceptable de inglés, intentes leerlo en su idoma original y no una traducción española. Aunque lleve más tiempo, seguro que merece la pena.

1 comentario:

Nika dijo...

Amén. No he leído Alicia, pero esto pasa con un montón de libros y es una pena. Yo siempre los leo en inglés si puedo, que además sale más económico.

Besos Madre <3